No fue un día más en la vida de Villa San Carlos. Para nada. Fue una jornada especial, con mucha emoción y con mil sensaciones pasando por el cuerpo. No por la buena victoria como local frente a Deportivo Merlo, tampoco por el tercer triunfo consecutivo en el campeonato y menos por los tres puntos que lo acercan a la cima del Clausura. ¿El motivo? La despedida de un jugador de la casa.

No fue un día más en la vida de Villa San Carlos. Para nada. Fue una jornada especial, con mucha emoción y con mil sensaciones pasando por el cuerpo. No por la buena victoria como local frente a Deportivo Merlo, tampoco por el tercer triunfo consecutivo en el campeonato y menos por los tres puntos que lo acercan a la cima del Clausura. ¿El motivo? La despedida de un jugador de la casa.

Y la fiesta fue completa, ya que con el cabezazo de Matías Samaniego y, gracias al penal que atajó Rodrigo Benítez, el Celeste obtuvo la victoria e impidió que el Charro se aproximara a Colegiales, el puntero del Clausura.